lunes, 29 de octubre de 2012

¿Más mezcla maistro?


Todo comenzó la semana pasada cuando me llegó, al igual que a todos los usuarios del correo electrónico de la Cineteca Nacional de México, un email que se quejaba del lugar donde está el reloj checador digital y de lo difícil que es el acceso a éste. A dicho mensaje, muchas personas contestaron por sufrir las mismas calamidades.

Para llegar a checar hay que sortear una serie de obstáculos que van desde la caseta de los policías, ubicada en la entrada de Mayorazgo, que siempre están parados a medio pasillo, la oficina de intendencia, de sonde siempre están sacando y metiendo todos los productos de limpieza que se usan en nuestra institución, mientras los brigadistas de la higiene  platican y gritan como merolicos del Zócalo capitalino, no todos, hay un mudito. Posteriormente, hay que balancearse sobre un grupo de tablones (mal) colocados en la última parte del pasillo para poder llegar a un puente que cruza una zanja donde hay albañiles trabajando. Antes de llegar a dicho puente, las tablas fueron cubiertas con cuadrados de alfombra, de la que quitaron de las salas antes de la remodelación, que cuando llueve nos sirven a los burócratas de tablas de surf. Desgraciadamente, no sabemos practicar aquél deporte acuático y los torpes movimientos que llegamos a realizar terminan, la mayoría de las veces, con alguna sindicalizada mayor en el suelo con esguinces o rodillas sangrantes. Al cruzar el puente uno se siente Indiana Jones en el templo de la perdición (Spielberg 1984).

Inmediatamente, la raza burócrata se armó de valor y comenzó a soltar sus quejas contestando sobre el mismo correo electrónico. Las quejas ya no sólo iban sobre el acceso o el reloj checador digital. Cambió el sentido y se fueron enfocando más hacia la higiene de los baños, posteriormente al estado de uno de los hornos de microondas que no funciona, haciendo esperar a la gente hasta media hora para poder calentar su comida.

Luego, casi veintitrés horas después, una compañera denunciaba en un correo electrónico que “como a las 2:00 de la tarde al entrar por el camino del callejon (SIC) de san Felipe, dentro de la Cineteca una compañera y yo nos encontramos a un trabajador orinando en pleno pasillo dirigido hacía (SIC) la pared, por supuesto que esto es desagradable para todos pero lamentablemente no es la primera experiencia del tipo, ya que hace como una semana me tocó ver a la altura del laboratorio digital a otro trabajador en ropa interior el cual creo se estaba cambiando también muy cerca del paso de la gente.”

El pasado comentario, después de arrancarme una carcajada, hizo que me interesara, morbosamente, más en el caso. ¿Cuál albañil andaría paseándose como Lady Godiva por el laboratorio digital? Todo se esclarece en un correo que llegaría tan sólo unos minutos más tarde. Otra compañerita (como ven, la depravación la sufrieron las mujeres y ningún hombre) culpa a la constructora de no haber designado un lugar para que los albañiles se cambien, siendo la razón de semejantes barbaridades. También menciona la anécdota que se convertiría en la favorita de un servidor:

Dice que el martes dieciséis de octubre del año dos mil doce, mientras caminaba hacia el pasillo del reloj checador digital, a la altura del nuevo laboratorio, encontró a un sujeto, del cual no sabe si era de la obra o no, alrededor de las nueve con quince minutos de la mañana, hora  a la que siempre pasa mucha gente, recargado masturbándose mientras vestía únicamente boxers. Después pide saber el avance de la investigación. No sé si haya mucho que investigar salvo si habrá terminado o no o si es la única manera viable para quitarse lo helado de las obras negras.

Las películas mexicanas de ficheras que muestran albañiles, no se alejan tanto de la realidad. Los albañiles siempre serán albañiles. Aunque cause risa o sorpresa lo que leí en los correos de mis compañeros, en el fondo me siento un tanto triste por la falta de educación de los trabajadores y, aunque me digan lo que siempre me dicen, la educación no enriquece al hombre con moral. La moral se mama.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Fotos curiosas

la fotografía siempre ha sido una ciencia muy interesante. Desde sus inicios, la gente comenzó a fotografiar, para inmortalizar, cosas que nos pueden parecer un tanto lúgubres y terroríficas. 
Entre esos temas, se comenzó a usar la fotografía póstuma. Fuera porque nunca se le había tomado una foto al difunto cuando estaba vivo, muy típico en el caso de los niños que morian al poco tiempo de nacer, o a los líderes, llegando a sustituir a las mascarillas mortuorias casi por completo.

Típica fotografía de una niña muerta. Había fotógrafos especializados en niños muertos.



Máscara mortuoria de Dante A.
El siguiente caso es también muy curioso. Seguramente a muchos no les gustaba la idea de ver la fotografía de un ser querido muerto. Se comenzó a poner a los cadáveres en posiciones como si estuvieran vivos.



Curioso mecanismo para mantener a los cadáveres posando.

El siguiente estilo de fotografías no contiene personas muertas pero sí algo que resulta un tanto perturbador y casi fantasmagórico. Dado los tiempos necesarios de exposición necesarios para las fotografías de aquellas épocas, los niños (los vivos, los fallecidos daban menos lata) se movían excesivamente y era necesario que la madre los mantuviera quietos. Claro que la madre no debía salir. Para solucionar lo anterior, se cubrieron a las mamás (al estilo fantasma de película infantil de la época del cine silente) creando unas fotografías bastante raras porque, estúpidamente claro, se notan a las madres sosteniendo a sus pequeños.

Mano fantasmagórica.

Una mano que parece salir de la nada.




Madre-tapete.

Parece una madre musulmana o torturado de Irak.





Casi ni se nota la mamá.

Imágenes

El choque del papamovil ha sorprendido a más de uno


Propio para los bucañeros

Mi pasatiempo es trollear ardillas





Hace ya tiempo que @ChateauDemex no usa el lunes de #PareDeVivir

Por andar de parranda choco el Papamovil

Les dejo unas imágenes de unos dibujos de Laurie Lipton. hechos con puro grafito, Laurie logra unas imágenes maravillosas.







Nos vemos en la próxima entrada.

#MeCaeBienLagenteQue

Me cae bien la gente que no jode. De esa en la que hasta puedes confiar.+

En mi trabajo, hay una persona en la que puedo confiar. Sí, sólo una. Mikke, Mikke Hernández ha demostrado ser de los amigos que uno puede contar con la mano, con una.

La cuenta es regresiva por el tiempo que llevo de conocerles.

A @ChateauDemex, Isshat, lo conozco desde tercero de primaria. Un día miércoles, a casi un mes de ya comenzadas las clases, el profesor Toño (mejor conocido por todos como Putoño) irrumpió en la clase de "Orientación educativa", misma que impartía una mujer a la que mi madre llamaba "la marchanta", comentando que, "Isacc" (SIC) se uniría al salón de clases. A "Isacc" se le asignó el lugar que estaba justo frente a mí, la fila de los problemáticos. La maestra estaba dando su clase cuando, dada su poca preparación, dijo "la pubertá" y, como si fuera algo poco notorio Isshat, que es su nombre verdadero y bien escrito, volteó hacia mí y lanzo un digno pero nada discreto "¿Dijo pubertá? A lo que asentí y, como arte de magia, de la más mala, comenzamos a llevarnos y ser amigos, hermanos.

A Rubén, Spocke, Pascualito o mejor conocido como Satanás, le conocí en quinto de secundaria. Al principio nonos llevábamos bien. Tiempo después, gracias a nuestra afición al baseball, comenzamos a llevarnos y a martirizar a todos los compañeros y gente en la calle... hasta el día de hoy,

A Singum, Capulín, el "Vete a tu cuarto" @Kosmo03100 o simplemente Diego, lo conozco desde que nació. Bueno, dos días después de que nació, A dicho individuo, lo odio y amo a la vez. La naturaleza es sabia y no me dio un hermano reggaetonnero.

Gracias, carnalitos, por estar ahí.

martes, 23 de octubre de 2012

Maldita FS


Maldita FS

La FS, o Fobia Social es un trastorno psicológico que se caracteriza por un miedo irracional e intenso en situaciones sociales, causando una grave angustia y una disminución en el funcionamiento en diversas áreas de la vida cotidiana. 

A veces es por timidez, otras por inseguridad personal, incluso por abuso de sustancias, por miedo a quedar como tonto o por diversos traumas.




Ahora, mi caso: Acepto que, más de una vez, he fingido llamadas telefónicas para salir de una situación que me resulte incómoda. He realizado supuestas llamadas para hacer tiempo y esperar a que los semáforos me sean favorables y me dejen cruzar la calle con toda la tranquilidad del mundo. Lo mejor es cuando se usa para evitar entrar en contacto con gente conocida o para despegarse de una plática aburrida e ir a ver el cielo o fumarse un cigarrillo.

He inventado (y hasta fantaseado) compromisos que nunca llegaron a ser siquiera un plan de salida para zafarme de invitaciones a reuniones, fiestas y paseos a los que no quiero ir por miedo a alejarme de la zona urbana que manejo sin sentirme incómodo, todo bajo control. 

Como todo, va por temporadas. Hay veces en que me aterra ir al Círculo K® que está a una cuadra de mi casa y hay cuando sí me atrevo a lanzarme al Centro Histérico de ésta nuestra ciudad. De hecho, la última vez fue un domingo en la noche con cientos de personas (o al menos lo parecían) caminando a lo pendejo. Podría decirse que yo también iba transitando de la misma manera pero, la verdad es un poco peor, andaba rápido para llegar a ver a un amigo sacerdote de Ivett, la Churri. El sacerdote, Carlos, me cayó mejor de lo que esperaba. No sé si fue lo abierto y adaptado a tiempos modernos que es o por sus comentarios contra el vaticano y su aversión por el papa Bienadicto y SAPS (Su Altísima Papa Sabritas®) Juan Pablo II.

Una vez sometí a la vejiga a un castigo de más de 10 horas de aguante en un vuelo de Madrid a México DF porque no me gusta usar baños en movimiento. Por si fuera poco, tampoco puedo ir a baños públicos.  No fue porque los espacios cerrados me molesten, todo lo contrario.

El cine es El Horror vuelto situación: Mucha gente encerrada en una sala que está llena de señalamientos de seguridad y salidas de emergencia (¿Qué tantas cosas malas suelen ocurrir en las salas de proyección como para requerir semejante sobrecarga de instrucciones de protección civil? Ni el Bunker de Hitler tenía tantos letreros y, mire usted, por lo que pasó y cómo acabó) en un espacio lleno de gradas en el que es difícil desplazarse. Hay mucha gente y no se ve, hay muchos sonidos de tosidos, estornudos, carraspeos, crujir de envolturas de alimentos chatarra y, lo que más me afecta, no saber cuántos culos y en qué condiciones se han postrados donde tengo que poner el único que poseo en mi cuerpecito.


La agorafobia tampoco ayuda. Los sitios con mucha gente como los supermercados, antros o verbenas populares me aterran. De no tener que trabajar fuera de casa, podría pasarme la mayor parte del mes atrincherado en mi casa. Saldría sólo por víveres y a pagar las cuentas. (Nota: necesito un trabajo que pueda realizar desde la comodidad del hogar)

He usado como pretexto, también, el tener que ir a la oficina para escapar de algo. Incluso he tenido que ir sábados y fuera de horas. Sí, un trabajador de gobierno. Me meto al baño aunque no tenga ganas de defecar u orinar para estar unos momentos a solas.

Fumar, aunque es vicio asqueroso, es la mejor manera para salir al jardín de la Cineteca Nacional de México a despejarme y librarme del ruido de varias decenas de personas que hay en calidad de refugiados y de invasores con el motivo de las obras que aquejan a ésta nuestra institución.

A pesar de hablar muy bien el idioma inglés, cuando me topo con un anglosajón que no domine el español, no tengo ningún problema en hablarlo de manera fluida. Hablarlo a solas (cosa que tampoco es muy normal→) mientras fantaseo con algo es muy sencillo. A la hora de hablar inglés con una persona que lo tenga como segundo idioma, las trabas comienzan a aparecer. No sé si sea un miedo a que me lo critiquen o a no darme a entender con quien esté hablando.
 


jueves, 18 de octubre de 2012

Murió acariciando a "la mechuda"


La nota roja, además de ser de mal gusto (luego veremos lo que es “el mal gusto”), tiene la cualidad de ser cómica por a jerga que maneja. Ya sea que su intención sea la de verse muy “acá” o simplemente vulgar y cómica. 

Llegó a mi correo la imagen de la nota, que transcribiré más abajo, hace pocos días. El mero encabezado ya es cómico en sí. La ardua tarea fue a la hora de querer leer toda la nota. Al hacer la imagen grande, se pixeleaba y la lectura era muy complicada. Despés de lograr leerla por completo, decidí transcribirla y compartirla con ustedes. Gocen. 

Se transcribe la nota tal cual está escrita, con faltas ortográficas y errores en la redacción.


Vecino de San Sebastián Abasolo Tlacolula Oax. MURIÓ ACARICIANDO A “LA MECHUDA” Cuando se preparaba a darse un festín sexual, mejor se le paró el corazón.

Texto y foto M. Sarchi / Noé Rojas Oax.

Abrahán López de 72 años de edad se llamó la persona que por ese instante se le antojó una mujer de la vida galante de esas que deambulan por las calles del centro histórico de la ciudad y como observó a una de ellas muy apetitosa, se pusieron de acuerdo y comenzaron a tratar “el rancho” y de a cómo iba hacer la puñalada “al chango”.

El ancianito recién llegado de la unión americana originario d San Sebastián Abasolo Tlacolula Oax. quien paseaba por la ciudad recordando los años en que la ciudad tenía una tranquilidad total, se dio cuenta del desfile de chatarras del servicio urbano que circulan por las céntricas calles, en eso fue cuando sin pensar las bellas y ancianas sexo servidoras den donde observó a una que tenía tremendo “pedorrón” y se le antojó.

De ahí comenzó el trato para ir a echar “su palito al depósito chatarrero” ¿Cuánto?, - tanto – y ¡sopas!, al hotel de paso para darse el gran festín con aroma a tiburón. Abrahán de inmediato se acostó en la rechinante y apestosa cama en espera de ese tremendo diferencial K-quiero y por supuesto de aquel exquisito manjar conocido como “la mechuda” el cual cuando lo ,tuvo cerca, lo comenzó “a peinar manualmente” mientras se le enderezaba “el asunto”.

La sexo servidora aun desesperada por la tardanza del cliente quien solamente le estaba enredando los pelos de “la tarántula” le reclamó si se la “iba a comer o no porque se le estaban escapando más clientes que la esperaban en la calle”; el anciano le contesto ¿ es que esta cosa no se quiere parar? – pero dijo la sexo servidora, que su cliente en turno, de repente comenzó hacer feo – y poniéndose la mano en el pecho del lado izquierdo y ¡ Zass, ahí quedo todo manzo con la mirada fija hacia el techo blanco!. 

Señaló “la comerciante de su cuerpo” que le dio miedo y de inmediato le dio aviso al encargado del hotel y fue así como solicitaron el arribo de paramédicos de RIVAC quienes se introdujeron al cuarto donde se llevaría a cabo el frustrado festín humano, manifestando “este viejito ya estiró la pata” por lo que no les quedó otra alternativa de solicitar el arribo del agente del Ministerio Público para que se hiciera cargo del levantamiento y traslado del cadáver rumbo al anfiteatro en donde fue identificado por sus familiares.





El pie de foto dice: El anciano Abrahán López de 72 años de edad, murió de un paro cardiaco, o no aguantó la vergüenza de que “su asunto” no le respondió o no soportó el olor a tiburón de la sexo servidora que le iba a quitar “la calentura”


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