sábado, 19 de julio de 2014

Viernes

No me he ido a dormir y para mí es viernes aún.




La película que vi en la Cineteca hoy fue muy buena: La leyenda de la serpiente blanca. Es la primera película japonesa de animación a color, curiosamente, es una leyenda china. Los japoneses la hicieron como una reconciliación con el pueblo chino.Narra la historia de un amor perdido que se reconcilia al final. 


La compañía fue mejor. Luego cenamos y fuimos a pasear a Chirpa.

jueves, 17 de julio de 2014

OK

OOOOOOKKKKKKKK!!!!!!!

Hoy fue el último día del curso del CONOCER. Hay miedos porque no se acredita uno con ir al curso y ya. Aún hay que evaluarse como evaluadores y, posteriormente, como expertos en cuidado de material fílmico.

Definitivamente, el curso fue una buena experiencia. Fue divertido y, caminar hasta Barranca del muerto en las mañanas, y de regreso por las tardes, me hizo conocer lugares muy agradables. El martes tomé el metro y le perdí el miedo ¡YEY!

Mañana vuelvo al trabajo normal, que lo extrañé, y creo que el ambiente va a estar un tanto tenso, no para mí y no en mi contra.

Hay algunas coas que aún me faltan pero voy bien, feliz. He vuelto a cantar.

lunes, 14 de julio de 2014

Fin del fin de semana

Hoy pasaron cosas difíciles y buenas.

Hablé con mi hermano para que deje de preocuparse por mí, de todos, es que lo hace de la manera más madura. Luego hablé con Satanás (el de Satanás Opina). Posteriormente mi madre. Falta el Chato y mi padre.

Siguen saliendo ideas para el teatro, no puedo esperar que sea martes (y tampoco jueves, que ahí se solucionarán varios asuntos).

Sigue saliendo todo y los colores... los colores se ven tan brillantes ahora. Se siente bien saber lo que ahora quiero (ya era hora). Da miedo, sí. Pero como no sé si ganaré o no, mejor me arriesgo.

Por otro lado, me dio gusto que Alemania ganara el mundial, se lo merecen. ¡Felicidades!

domingo, 13 de julio de 2014

¿Temporada?

Es posible que las obras de teatro de terror se vuelvan una temporada. ¡Ah! Y también ha salido otro proyecto, de espectáculo, que va sobre vampiros urbanos.Me encantan las historias de terror y no puedo esperar a que comiencen los ensayos. Luego, la montada en escena y, finalmente, el estreno y sus presentaciones posteriores habituales.

Comienzo a recordar la adrenalina que uno libera antes de salir a escena. Y no es que a uno le de miedo actuar o pena, son los nervios de no saber cómo va a resultar esa función, por más ensayada que esté.Tiembla la voz, las rodillas se vencen, una voz interior dice que -¡No, no, no! ¡Es mala idea!-, El corazón se acelera, cuesta respirar, las pupilas se dilatan, las manos sudan y, al salir finalmente al escenario, todo eso se queda atrás como un abrigo del que uno se despoja y tira al suelo hacia atrás.

Todas estas cosas me hacen feliz y me alejan, cada vez más, de llegar a ser un viejo rancio o lastimero.Uno crece y se desarrolla parea ser feliz y realmente, lo que pasa, es que uno se da cuenta de sus errores. De ellos se aprenden y se evitarán otros a futuro para, al fin y al cabo, llegar a una felicidad de las muchas que la vida ofrece. A veces, sí creo que sea sólo un destino y la gracia de llegar a él es el camino que se decide recorrer para alcanzarlo... que todos tienen algo bueno y pueden dejar recuerdos maravillosos.

martes, 1 de julio de 2014

Lo que no debo leer

Acepto que nunca había leído una novela de Anne Rice... no lo vuelvo a hacer.

Hace poco, acaso un mes o mes y medio, me encontré varios PDFs de la escritora en mi colección digital. Abrí el archivo de La momia y leí unas tres o cuatro páginas. El comienzo estaba bien; un arqueólogo descubría una tumba nueva y su sobrino, un interesadote y alcohólico apostador, le presionaba para conseguir parte del dinero de la herencia. Estaba el tema nadando en intereses míos. Dije -De ahogados al río- y seguí leyendo la novela hasta la última página digital.

¡Oh sorpresa! La historia se torna en un ir  y venir de celos y romance entre Ramsés (EL MALDITO) y la hija del arqueólogo. Sólo falto que Ramsés brillara como los vampiritos de la saga Crepúsculo, de la "escritora" Stephenie Meyer. !Oh, pero brilla! Bueno, no brilla por la gran cantidad de productos metrosexuales que cubren su piel como la del afeminado Edward Cullen, pero sí tiene un brillo mágicamente atractivo.

Si bien la novela de Rice es anterior a la saga de Meyer, resulta casi imposible sentir las arcadas producidas por tanta miel existente en un lugar en donde debe de haber terror y sangre.

Recomendaría quemar todos los libros de Rice y de Meyer pero no faltaría el tarugo que me etiquetara de Nazi quemando libros judíos, aunque haya sangre judía en mis venas. Por lo tanto, mi consejo es que, si usted ya leyó a ambas escritoras y le gustaron: Dese un tiro. Si sólo ha leído una y la ha disfrutado: Lea a la otra y siga los pasos del primer consejo (el de darse un tiro. Lo repito porque, seguramente, ha de ser usted muy bestia). Si leyó alguna de las dos y no le gustó: No lea a la otra autora. Si no ha leído a ninguna: Vaya a una librería y pida que le den cualquier libro que no se de esas "escritoras".


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